Hola luniviajer@! 🙋🏼♀️Hoy te traigo un post sobre qué ver en Tarragona en un día. Como verás, tengo mucho interés por lo romano🤭.
Además, todos sus elementos funcionales están declarados desde el año 2000 como Patrimonio Mundial por la UNESCO.
Así que el pasado mes de febrero (justo antes de la pandemia) tuve la suerte de hacer una gran visita con mi familia de esas que tanto nos gustan, fue bastante completa y ahora te cuento cómo fue😎.

Tabla de contenidos
Antes de empezar
Tarragona se encuentra a unos 100kms del centro de Barcelona y tiene muy buena conexión tanto por carretera como por tren. Yo fui desde Tarrasa en coche por la AP-7 (autopista de peaje que te ahorra como una media hora más de coche).
Nada más llegar, buscamos aparcamiento, pero sin éxito alguno, decidimos aparcar en un parking público con una tarifa para todo el día bastante económica y, sobre todo, en el centro de la ciudad.
Un poquitín de historia
Si bien es cierto que en Tarraco (Tarragona) hubo presencia de un poblado ibérico, conocido con el nombre de Kese, la ciudad sería repoblada más tarde por los romanos estableciendo una base militar a finales del siglo III a.C., debido a un asentamiento derivado de las guerras púnicas.
Tras la derrota de la Primera Guerra Púnica que enfrentó a Roma y Cartago (actual Túnez) por la conquista de Sicilia y Cerdeña, los cartagineses, al mando del comandante Adrúbal, a la sazón yerno de Amílcar Barca, comienza la colonización de las zonas ribereñas del Mediterráneo en la Península Ibérica. Roma vigilante y temerosa de un nuevo ataque, promueve la firma de un nuevo tratado con Cartago en el 225 a.C., por el cual se trazaba una línea divisoria (esta vez por tierra) en el Río Ebro.
Pero Cartago, aún tenía muchas deudas con Roma por lo que, para obtener riquezas, decidió expandirse por la península ibérica llegando a la línea divisoria anteriormente establecida (vamos que a los cartagineses les daba igual el tratado). En este proceso de ocupación fue atacada la ciudad de Sagunto (aliada romana), dando lugar al inicio de la Segunda Guerra Púnica en el año 218 a.C., que enfrentó de nuevo a los cartagineses liderados por Aníbal, hijo de Amílcar Barca, y a los romanos liderados por el joven Escipión el Africano.
Fue entonces cuando Publio Cornelio Escipión desde Italia, le ordena a su hermano Cneo navegar rumbo a la Península Ibérica en Ampurias (ver post) (en aquel entonces colonia griega) en el año 218 a.C. Avanzando hacia el sur en ese mismo año, Cneo acompañado de su ejército llegó a Tarragona donde se estableció en una colonia costera, Tarraco. Un enclave muy importante debido a su posición geográfica y estratégica, permitiendo un fácil y rápido acceso por mar desde Italia, además de una comunicación inmediata con el litoral mediterráneo y con el interior de Hispania. Más tarde, el hermano de Publio consiguió hacer de Tarraco la principal base de maniobras del ejército romano en Hispania durante la batalla del Ebro.
En este momento se le une su hermano desembarcando en el portus Tarraconis (puerto de Tarragona) con una flota de más o menos 30 naves y 8.000 hombres en el 217 a.C.
Qué ver en Tarragona en un día
Antes de empezar con el recorrido, hay que tener en cuenta que en el centro de Tarragona se encuentran la gran mayoría de los elementos funcionales de la ciudad, pero que también, hay otros que se localizan a unos cuántos kilómetros de la misma, y por ello será necesario la utilización de vehículo propio. Además, te recomiendo, una vez estés en Tarragona, que visites la oficina de Turismo!

1. Torre de los Escipiones
Lo encontrarás cerca de la carretera N-340, a unos 6kms de Tarragona. Es un monumento funerario, situado a extramuros de la ciudad. Fue construido en la primera mitad del siglo I d.C., con sillares extraídos de una cantera cercana. La torre mide unos 9 metros de alto.

Si te fijas bien, en el cuerpo central se pueden apreciar con bastante claridad dos figuras en altorrelieve que simbolizan a Atis, un dios de procedencia oriental ligado al culto funerario. Aunque distintas fuentes sostienen diversas teorías acerca de la identidad de estas figuras, algunas dicen que podrían ser los hermanos Escipión, fallecidos en el año 211 a.C., y por eso, el sepulcro se le ha puesto ese nombre, y otras apuntan que podrían simplemente representar a las personas enterradas en ella, pero ¿quién sabe?.

2. La muralla
Una vez hemos aparcado el coche, nos dirigimos al centro histórico de la ciudad y empezamos viendo la muralla como punto de inicio.
Es innegable el buen estado de conservación que presenta el monumento más antiguo de la Península Ibérica. Como en toda urbe romana, la muralla rodeaba y protegía la ciudad. Su estructura fortifica indica la función defensiva del campamento militar básico para la presencia romana en la península hispánica en los primeros tiempos. Probablemente, fue construida a finales del siglo III a.C., y terminándose a mitad del siglo II a.C.

Si nos adentramos por las calles del interior de la ciudad, podemos encontrarnos con detalles en los muros de la muralla. En la parte superior, hay sillares regulares unidos en seco y sin mortero (opus quadratum), donde se pueden apreciar signos de alfabeto ibérico, los cuales podrían indicar que la construcción de la muralla fue diseñada y dirigida por los romanos, habiendo colaborado como trabajadores los indígenas. Curioso, ¿verdad?.

3. Plaza del Forum
Era la plaza inferior del foro provincial y estaba envuelta por tres lados de una estructura de pórticos. Su interior estaba decorado con jardines y muchas estatuas, de las cuales quedan aún pedestales con inscripciones (calle Merceria).


4. Circo romano
Esta parada es casi imprescindible, pues su entrada merece mucho la pena. Además, en su interior alberga un pequeño museo de varias plantas muy interesante. Y ofrece unas vistas desde donde se ve prácticamente toda la ciudad de Tarragona (y con perfecta claridad el anfiteatro que lo explico más abajo).



El circo, localizado a las afueras de la "moderna" ciudad feudal del siglo XII y ocupando la parte alta del promontorio tarraconense, se encuentra en un extraordinario estado de conservación. Fue construido a finales del siglo I, durante la época del emperador Dominiciano, y posiblemente abandonado entre los siglos V-VI.

Los arcos que se observan en la entrada principal estaban cerrados por verjas que se abrían al público para la celebración de los espectáculos. Los espacios abovedados tenían diferentes usos. El principal, en concreto, tenía unas escalinatas que daban acceso a las gradas superiores.

En la plaza del ayuntamiento, se encontraba la arena del circo que ocuparía un 20% del total de la superficie este. Y en las casas del lado sur, se apoyan las cimentaciones romanas que cuando fueron construidas, su ancho quedó condicionado por las bóvedas originales del circo😮.
En el circo tenían lugar las carreras de bigas o de carros por equipos, una de las tradiciones más antiguas de Roma documentadas ya en el siglo VIII a.C., y exhibiciones ecuestres. Estos espectáculos eran gratuitos y duraban todo el día.

5. Anfiteatro romano
El anfiteatro de Tarraco, lugar donde tenían lugar los espectáculos de munera (lucha de gladiadores) y venationes (caza de animales), fue construido a primeros del siglo II d.C., en época de Trajano o Adriano, por un flamen (sacerdote cuya responsabilidad era el culto imperial, adquiría un cargo público con la misión de atender los asuntos relacionados con las ofrendas y sacrificios a las divinidades del Panteón romano).
A partir del siglo V, este espacio comenzó su decrecimiento respecto al uso funcional dado que fue construida una basílica visigótica en el siglo VI sobre la arena. Siglos más tarde, entre el XII-XIII fueron construidos otra basílica y un templo románico en el centro del hemiciclo, ambos levantados con bloques de piedra del propio anfiteatro.

La ubicación del anfiteatro próxima al mar fue por la facilidad y rapidez de desembarcar a los animales sin utilización de transporte adicional y, el fácil suministro de agua para poder realizar con éxito las batallas navales, bastante solicitadas por los asistentes.

Actualmente, se pueden ver unos fosos que cruzaban transversal y longitudinalmente la arena. Estos, originalmente, estaban cubiertos de tablones de madera. En ellos, se encontraban los espacios de descanso y culto donde los gladiadores convocaban a la diosa protectora Némesis.
Por último, un gran acceso a la arena permitía la entrada solemne de los gladiadores (porta triumphalis) y otro, la salida de los vencidos en combate (porta livitinaria).
Si quieres descansar porque, seguramente cuando ya hayas visto este punto sea la hora de comer... Te recomiendo un restaurante (en el centro de Tarragona) donde, además de que la comida es de primerísima calidad, el trato es inmejorable. Te animo a que le eches un vistazo a este restaurante si te gusta la carne a la brasa, es ¡espectacular!
6. El teatro
En la zona baja de la ciudad de Tarragona, se localizaba el teatro romano. Fue construido en la época del emperador Augusto aproximadamente en el siglo I d.C., muy próximo al foro de la colonia, al norte, desde la Basílica jurídica hasta la calle Dr. Zamenhof, al sur, muy cerca del templo de Augusto.
En el siglo II sufrió un terrible incendio que provocó el desplome del inmueble, por lo que, a partir de ese momento, el teatro dejó de utilizarse.
Sin embargo, para poder imaginar cómo era el teatro de Tarraco, habría que trasladarse a otra ciudad similar del imperio romano.
Como todos los teatros romanos, este también estaba compuesto por la cavea (graderío semicircular) que a su vez estaba formado por cuatro sectores o cunei y servía para organizar al público por categoría social: de menor a mayor se encuentra la ima, para la clase superior -compuesta por magistrados, sacerdotes y demás personalidades importantes-; la media, que se correspondía con los habitantes de clase media de la ciudad; y, por último, la summa cavea, donde se sentaban los ciudadanos de clase baja de la ciudad.
La maeniana estaba compuesta por vomitorios que permitían el acceso de los espectadores a sus localidades.
La orchestra es el espacio central entre el pie de la cavea y el escenario, que permitía guardar distancia entre los espectadores de las gradas y los actores mediante el balteus.
La scanea frons es donde tenían lugar las escenas representadas por los actores, y solía estar decorada por estatuas. Detrás del pulpitum estaba el mecanismo para subir y bajar el telón.

Las funciones teatrales las coordinaban los magistrados de la ciudad y los actores eran normalmente extranjeros, esclavos o libertos. Las obras que más triunfaban entre el público eran las comedias, los espectáculos de mimos y los bailes.
7. Acueducto de Les Ferreres
Llegamos al último punto de nuestra visita a Tarraco y para poder visitarlo tenemos que hacerlo en coche, ya que se encuentra a las afueras de la ciudad a unos 4 kilómetros.
Como ya sabemos, las ciudades romanas requerían de un suministro abundante de agua limpia procedente de fuentes, acuíferos o manantiales, no solo para uso doméstico y sanitario, sino también para las industrias, sobre todo para la limpieza del pescado y para la higienización de los establecimientos. Este suministro vital llegaba a la ciudad a través de los acueductos.
En Tarraco se encontraron tres acueductos: el puente de les Caixes, el dels arcs Sant Jaume dels Domenys y el de les Ferreres, también conocido como puente del Diablo. Este último, abastecía de agua a la urbe. Se construyó con sillares hacia el siglo I d.C., en época de Augusto para proteger y salvar un valle natural.
Su construcción es realmente impresionante, ya que se pueden observar dos niveles de arcos; el inferior está compuesto por 11 arcos, y el superior por 25, siendo la altura máxima de la obra de 27 metros y la longitud de 217 metros.


Verónica nos cuenta en su blog 'La opinión de mamá' una leyenda muy interesante sobre el puente, os dejo el enlace aquí.
Y, hasta aquí mi guía sobre qué ver en Tarragona en un día. La recomiendo al 100%. A continuación, te voy dejar enlaces de interés relacionados con Tarraco.
Si te ha gustado este post, te recomiendo que veas el post sobre el Conjunto Arqueológico de Baelo Claudia y la Necrópolis Romana de Carmona.