Hola luniviajer@s!🙋🏻♀️ Hoy os traigo una escapada a Estepona y Manilva con mascota para un fin de semana.
Estepona y Manilva son dos municipios de la provincia de Málaga que se encuentran muy próximos a la provincia de Cádiz.
Hace un par de meses reservamos un alojamiento en el Puerto de la Duquesa (Manilva) para este fin de semana pasado, con tan mala suerte que el tiempo no acompañó mucho. Ha hecho bastante viento y ha estado un poco nublado con amenaza de lluvia, aunque finalmente no nos ha llovido.
Además, nos ha acompañado nuestro peludito consentido Ody 🐶quien se lo ha pasado genial como turista, paseando por la playa y yendo con nosotros a todos los sitios.
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Antes de empezar
Nuestro destino se encuentra de Córdoba (lugar de salida) a 260km aproximadamente, evitando autopista de peaje, pues solo la ida cuesta unos 11€, y te reduce el camino en 20 minutos, pero como no había tráfico y tampoco teníamos prisas, nos fuimos por la A-45.
El apartamento que reservamos no estaba mal, se sitúa en el Puerto de la Duquesa, a 5 minutos andando de la playa de las Gaviotas y de la playa de La Colonia, ambas permiten mascotas. Y, además, con fácil aparcamiento.
Es verdad, que al estar en el Puerto, rodeado de bares y establecimientos de ocio, pues había mucho ambiente y se escuchaba todo en el apartamento hasta las 2 de la mañana, pero bueno, era lo único que había a buen precio y que admitiese mascotas.
Qué ver y hacer en Manilva con mascota
Manilva es un municipio que lo tiene todo, la historia y la tradición se unen con el ocio y el placer.
Llegamos el viernes por la tarde y después de dejar nuestro equipaje en el apartamento, nos aseamos y nos fuimos a dar un paseo por el puerto en busca de algún sitio para cenar.
Todos los restaurantes estaban llenos de gente y la verdad que había mucho ambiente.
Nos sentamos en un restaurante italiano, Aguarina, y pedimos un plato de pasta a la putanesca y una pizza diavola (estaba muy rica), de postre nos pedimos un coulant y unos chupitos para bajar la comidita (nos invitó la casa).
Nos gustó el sitio con vistas al puerto y con una calidad-precio más que asequible.
Después, para bajar la cena dimos un paseo hasta el paseo marítimo en busca de la playa, donde Ody pudo caminar por la arena (es que le encanta). Y volvimos al alojamiento para descansar.
Sábado en Manilva y Estepona
El sábado nos levantamos bastante temprano y bajamos a desayunar. Me sorprendió mucho que el bar, donde va tantísima gente de tantos lugares diferentes no tuviera leche sin lactosa, pero lo peor es que nos cobraron 20€ por un colacao, un zumo de naranja, y dos tostadas enteras con jamón y aceite y otra de jamón york y aceite. Evidentemente, al día siguiente no volvimos.
Tras el desayuno, volvimos a dar otro paseo mañanero con Ody hasta casi el final del paseo marítimo (1h en total entre ida y vuelta más o menos). Después lo dejamos en el piso y nos bajamos a la playa hasta la hora de almorzar.
Para comer, fuimos a uno de los chiringuitos, Almijara, y nos pedimos para compartir: una ensalada de tomate con una dorada espetada (riquísima) y de postre otro coulant 😋. Estaba muy rico todo.
Por la tarde, como estaba muy nublado y hacía mal tiempo, decidimos hacer un poco de turismo. Yo quería visitar el Castillo de la Duquesa, pero estaba cerrado.
Estepona, el pueblo más bonito de la Costa del Sol
Así que decidimos salir con el coche hacia Estepona. Seguramente habría ido con mi familia de pequeña, pero como no me acordaba, quería ir de nuevo.
Fuimos por no ir muy lejos y darnos un paseo, y Estepona acabó superando todas nuestras expectativas, para bien.
El pueblo estaba muy limpio, cuidado y con muchos detalles, además de la cantidad de cosas interesantes que tiene para ver y, la de actividades chulas para hacer.
Qué ver en Estepona con mascota
Nos costó algunas vueltas encontrar aparcamiento, pero lo hicimos y en la calle, nada de aparcamiento privado ✌🏻.
Y fuimos directos al Paseo Marítimo, que impacta porque es muy ancho, con una extensión de 3km junto a la playa y con una avenida repleta de vegetación, árboles, luces, fuentes, que le otorga aún más vida a la zona playera.
Poco a poco nos fuimos desviando hasta situarnos en su casco histórico, que sorprende por su cúmulo de intrincadas callejuelas llenas de flores.
Podría decir sin miedo que para mí, es uno de los centros históricos más bonitos de la Costa del Sol. Pues tiene un estilo típico andaluz de casas encaladas decoradas con macetas de geranios de distintos colores.
Desde algunos puntos, se pueden observar la Iglesia de Santa María de los Remedios, no pudimos entrar porque estaban en misa, a punto de sacar a lucir por las calles a su cristo.
Y las ruinas del Castillo de San Luis, construido por los Reyes Católicos en el siglo XV.
Me quedé con las ganas de visitar el Museo Arqueológico, totalmente gratuito, ubicado en el interior del Ayuntamiento.
Dónde comer en Estepona
La verdad que no sabíamos donde pararnos a cenar porque todos los sitios tenían muy buena pinta.
Como para almorzar, estuvimos en un chiringuito comiendo pescado, por la noche nos cautivó el Restaurante Italiano, La Tarantella.
Espectacular establecimiento tanto por dentro como fuera, nivel decoración, servicio y calidad precio.
Nos montaron una mesita para 2 en el exterior (íbamos con Ody) muy rápido. Nos pedimos para cenar: un plato de penne al pesto y unos espaguetis a la Vongole. De postre una copa de 3 helados.
Este sitio fue el más caro de todos pero estaba muy rico todo, la verdad.
Tras la cena, dimos un paseo de vuelta para bajar la comidita y nos volvimos al Puerto de la Duquesa para recoger todo y dejarlo listo para la salida.
El domingo antes del regreso a Córdoba, fuimos a Benalmádena, desayunamos allí, ya que me negaba a que nos clavaran otros 20€, y fuimos a visitar el Castillo de Colomares.
Y esta ha sido nuestra escapada por Estepona y Manilva. Si te ha gustado, no dudes en compartir y estar atento al siguiente post. Os enseñaré la visita al Castillo de Colomares con mascota 😁.